Entre los países de la Europa del
Este, Bulgaria es el que más ha seducido a los consumidores de vino
occidentales. Desde mediados de la década de los setenta, el cabernet sauvignon
búlgaro se ha convertido en el rival de los burdeos comunes en las mesas alemanas,
británicas y escandinavas.
Bulgaria, limitada por el mar
Negro al este y las repúblicas de la ex-Yugoslavia al oeste, parece haber sido
bendecida para el cultivo de la vid. Goza de un clima continental, con veranos
calurosos e inviernos fríos y temperaturas que varían entre los 40ºC y los -
25ºC. El mar Negro suaviza estas oscilaciones de temperatura al este del país.
La vid ya crecía en Tracia, la
antigua Bulgaria, hace 3000 años, como atestigua la "Ilíada" de
Homero. Como puede apreciarse, el vino búlgaro tiene una larga historia. Pero
es a partir de 1918 que la producción de vino empezó a tomar un auge real. Como
en la mayoría de los demás países de detrás de la Cortina de Hierro, el régimen
comunista significó la colectivización de las viñas y del resto de la
agricultura, y no fue sino hasta 1970 que los vinos búlgaros comenzaron a
adoptar su forma moderna.
La necesidad de exportar dio
forma a la industria vitícola búlgara actual. Su primer cliente fue la ex URSS,
que demandaba básicamente vinos espumosos y de mesa bastante dulzones. Una
incursión de los vinos búlgaros en Occidente se dio gracias a la empresa
PEPSICO, que quería colocar sus bebidas gaseosas en Bulgaria, pero se negaba a
recibir pagos en moneda local o en repuestos para tractores. Para disponer de
vinos que se pudieran comercializar en Occidente, la PEPSICO puso a los
productores búlgaros en contacto con ciertas personalidades de la industria
vitícola californiana, como el profesor Maynard Amerine. Algunas fincas
vitícolas, animadas por este boom exportador, empezaron a invertir en su
modernización.
Hoy en día los viñedos ocupan el
4% de la tierra cultivada y las tres cuartas partes acogen variedades no
autóctonas. En lo que respecta al vino tinto, un 75% está elaborado con
cabernet sauvignon o merlot. Le siguen la pamid, la gamza, la mavrud, la
melnik, la pinot noir y la gamay. Para los vinos blancos, la cepa más corriente
es la rkatsiteli y la chardonnay.
LA REGION VITICOLA DEL SUROESTE
Está situada cerca de la frontera griega y es la más calurosa. Su especialidad es el melnik tinto, que se cultiva alrededor de la ciudad del mismo nombre. Produce un cabernet sauvignon maduro y aterciopelado.
LA REGION VITICOLA DEL REGIÓN SUR
Es una zona muy calurosa que produce principalmente vino tinto. Predominan el mavrud y el pamid, así como el cabernet sauvignon, el pinot noir y el merlot.
LA REGION VITICOLA DEL ESTE
Se extiende a lo largo de toda la
costa, goza de la influencia refrescante del Mar Negro y produce los mejores
blancos del país. Sus principales bodegas producen un buen chardonnay, cuyos
vinos de reserva envejecen en roble nuevo. Los vinos del país son bastante
seductores, sobre todo el aligoté.
LA REGION BALCANICA DEL SUR
Se cultivan muchas variedades
blancas, así como la cabernet sauvignon y la misket tinta en la región de
Sungulares.
LA REGION VITICOLA DEL NORTE
Los mejores vinos proceden de las
montañas del norte. Allí se encuentra la finca de Suhindol, que se hizo famosa
al forjar el renombre internacional del cabernet sauvignon búlgaro. Suhindol
controla igualmente la finca Vinenka, una de las más antiguas del país que
produce un cabernet sauvignon muy bueno, así como un buen merlot.
fuente: http://www.losvinosdelmundo.com
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