La fuerza de un país está en el valor de sus ideas
y en la resistencia contra quien pretende suprimirlas
KARL FLAQUÉ MONLLONCH
(Foto: KarlFM)
y en la resistencia contra quien pretende suprimirlas
KARL FLAQUÉ MONLLONCH
(Foto: KarlFM)
En Bulgaria el 26 de agosto de 1944 el Partido Comunista Búlgaro convocó a un alzamiento armado contra los alemanes. El gobierno búlgaro se mantuvo leal a Alemania y sólo hizo un violento cambio de política en favor de los soviéticos cuando el victorioso Ejército Rojo se aproximaba a sus fronteras. El Coronel Kimon Georgiev Stoyanov asumió el cargo de Primer Ministro y ordenó detener a todos los ministros de Estado. El 5 de setiembre, la URSS declaró la guerra a Bulgaria y el día 8 comenzó la invasión ocupando los puertos de Varna y Burgas en el Mar Negro. Un día después las fuerzas soviéticas entraban en Sofía. Los ciudadanos búlgaros recibieron al Ejército Rojo con una mezcla de alegría y tristeza, pues en 1941 se plegaron a los alemanes recuperando territorios que antes les habían sido arrebatados por la URSS y nuevamente tenían que perderlos, pero, por otro lado, los búlgaros recuperaron los Balcanes, habían declarado la guerra a las potencias occidentales, pero no a la Unión Soviética.
Esta imagen muestra al poderoso soldado ruso aplastando la maquinaria bélica alemana.
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