Las Pirámides de Egipto o el
Coliseo romano se nos recuerdan la grandeza de las civilizaciones que los
crearon. Otros, como las pirámides aztecas o los templos mayas fueron devorados
por la selva y permanecieron ocultos hasta que sus ruinas fueron descubiertas y
pudimos contemplar los restos de su esplendor.
En el siglo XX el totalitarismo
se adueñó de Europa en forma de estados fascistas y comunistas. Como las
anteriores civilizaciones construyeron descomunales espacios públicos, desde estaciones
de tren hasta monumentos conmemorativos. Los regímenes totalitarios siempre han
caído en la tentación de construir gigantescos edificios públicos para producir
la admiración de sus súbditos y de las generaciones venideras. Pero el paso del
tiempo ha hecho mella en ellos.
Actualmente el extinto bloque
soviético europeo es un conjunto de edificios y muchos de ellos dan una imagen
futurista y de progreso creando estructuras que recordaban a ciudades propias
de la ciencia-ficción o incluso platillos volantes famosos en la época. Son
construcciones que parecen realizadas por civilizaciones venidas del espacio.
En 1891 tuvo lugar la derrota de
los turcos por parte de los rebeldes búlgaros conducidos por Dimitar Hadji y
Stefan Karadzha, en el pico Buzludzha, situado en Stara Planina (Balcanes
búlgaros), a 1441 metros de altura. Años más tarde se celebró allí una
reunión secreta liderada por Dimitar Blagoev para formar el incipiente
movimiento socialista búlgaro.
Tras el final de la II Guerra
Mundial el partido comunista tomó el poder y gobernó el país hasta la caída del
Telón de Acero. En 1971, la Secretaría del Comité Central del Partido Comunista
de Bulgaria decidió construir el monumento Buzludzha. En la construcción, que
empezó tres años después y se inauguró en 1981, intervinieron seis mil personas
que formaban parte de las tropas del ejército y grupos de voluntarios. El
monumento fue construido para conmemorar los eventos en 1891.
La construcción, situada en lo
alto del monte del mismo nombre, evoca un platillo volante y tiene una sala
central repleta de mosaicos y coronada por una enorme imagen del símbolo
comunista: la hoz y el martillo. Buzludzha se llega por una carretera de 12 km
desde el lado del paso de Shipka.
El complejo del Monte Buzludzha
es el mayor monumento al régimen comunista en Bulgaria. Se dice que su
construcción costó 14.186.000 levas (alrededor de 700.000 €), pero toda esta
inversión se está deteriorando en la cima; sólo los caballos salvajes y los
ávidos solicitantes de aventuras, vienen a visitar este increíble lugar donde,
en su tiempo, se celebraban las mayores conferencias y eventos comunistas del
país.
A pesar del paso del tiempo, el lugar parece completamente embrujado. Si despiertas la imaginación una extraña sensación te invade el interior. Casi se puedes ver a la gente en la tribunas, actualmente en estado de desintegración, o escuchar los aplausos y vítores a los líderes comunistas, los cantos de la Internacional y los puños levantados ... Es el brutal vestigio superviviente aun de la grandeza de un sistema y su espeluznante ocaso, un gran complejo que, a pesar de su decrepitud, sigue teniendo un especial magnetismo que te atrapa y te fulmina. Los mosaicos, de corte muy propagandístico y nostálgico, eran de color rojo y oro con los grandes padres del Comunismo como motivo y las gestas heroicas de las masas proletarias y militares.
Buzludzha duró muy poco tiempo en
activo y con la caída en 1989 del comunismo comenzó su progresivo abandono. Hoy
es un decadente vestigio que evoca tiempos en los que el poder comunista hacía
y deshacía a su antojo. Más parecido a las ruinas mayas o a los templos de la
India que a lo que quiso ser. Dada su belleza y posición estratégica resulta
incomprensible el hecho de que actualmente esté abandonado.
Al margen de las ideologías políticas opino que los legados artisticos no deberían caer en las garras de la decadencia, del abandono o de la destrucción. Si cada vez que existen cambios ideológicos, se elimina la parte artística, prácticamente no quedaría nada. Probablemente a los esclavos egipcios tampoco les haria gracia ver las piramides aun de pie cuando en su construcción fueron torturados y murieron miles de ellos, al igual con la Gran Muralla China o la gran mayoria de monumentos que se estudian en las escuelas. hay que saber separar las personas e ideas de sus aportaciones artísticas; el comunismo no fue tan malo para muchos, aportó sus cosas positivas; el capitalismo también tiene sub parte oscura y dramática donde millones personas han muerto por su ideología. ¿Cuántos bellos monumentos se han destruido por culpa de pueblos invasores o contrarios? De seguir así no quedaría nada en pié. La historia es la vida que dejan sus seres humanos, con su aciertos y errores. A mi el monumento Buzludzha me recuerda a las estructuras metropólicas de Flash Gordon, esa especie de ciencia ficción de los años 50 y 60 donde vivian los supuestos marcianos, pero también tiene un aire a base secreta de corte KGB futurista, con agentes secretos al estilo Daniel Craig, tramando operaciones y misiones Top Secret. El lugar sobrecoge los huesos, y mas si es en invierno; dicen que las temperaturas están por debajo de los 25ºC. El interior es una gigantesca cúpula con el enorme simbolo del comunismo: la hoz y el martillo. La estructura da la sensación de que, en un momento dado, pueda ponerse en marcha, empezar a girar centrifugadamente y alzarse por el aire y desaparecer a velocidad luz como un paltillo volante de la Guerra Fria.
Al margen de las ideologías políticas opino que los legados artisticos no deberían caer en las garras de la decadencia, del abandono o de la destrucción. Si cada vez que existen cambios ideológicos, se elimina la parte artística, prácticamente no quedaría nada. Probablemente a los esclavos egipcios tampoco les haria gracia ver las piramides aun de pie cuando en su construcción fueron torturados y murieron miles de ellos, al igual con la Gran Muralla China o la gran mayoria de monumentos que se estudian en las escuelas. hay que saber separar las personas e ideas de sus aportaciones artísticas; el comunismo no fue tan malo para muchos, aportó sus cosas positivas; el capitalismo también tiene sub parte oscura y dramática donde millones personas han muerto por su ideología. ¿Cuántos bellos monumentos se han destruido por culpa de pueblos invasores o contrarios? De seguir así no quedaría nada en pié. La historia es la vida que dejan sus seres humanos, con su aciertos y errores. A mi el monumento Buzludzha me recuerda a las estructuras metropólicas de Flash Gordon, esa especie de ciencia ficción de los años 50 y 60 donde vivian los supuestos marcianos, pero también tiene un aire a base secreta de corte KGB futurista, con agentes secretos al estilo Daniel Craig, tramando operaciones y misiones Top Secret. El lugar sobrecoge los huesos, y mas si es en invierno; dicen que las temperaturas están por debajo de los 25ºC. El interior es una gigantesca cúpula con el enorme simbolo del comunismo: la hoz y el martillo. La estructura da la sensación de que, en un momento dado, pueda ponerse en marcha, empezar a girar centrifugadamente y alzarse por el aire y desaparecer a velocidad luz como un paltillo volante de la Guerra Fria.
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