martes, junio 12, 2012

ÉNYOVDEN, LA FIESTA DEL NACIMIENTO DE SAN JUAN BAUTISTA (24 DE JUNIO)


En esta fiesta, que celebra a San Enyo, es decir, a San Juan Bautista, se dan cita numerosos elementos de religiosidad no cristiana, con trasfondo sin duda pagano, y ecos evidentes de cultos al sol, a las estrellas, a las aguas.

El día de la fiesta, muy de madrugada, eran recogidas hierbas medicinales en los prados altos. Las hierbas recogidas habían de ser setenta y siete, porque se creía que las enfermedades suman, en total, la cantidad de  setenta y siete y media, y que el hombre había de protegerse de manera muy especial de aquella «media» enfermedad, porque para ella no existía ninguna forma de cura. La hierba más difícil de encontrar era la media hierba curativa, porque nadie, excepto los curanderos más expertos, la conocían.

Se trenzaba una enorme corona con el mayor número posible de hierbas curativas, y todo el mundo pasaba por debajo de ella. A continuación era colocada en el portón de las casas. Aquel día, de madrugada, todo el mundo había de poner todo su empeño en lavarse vigorosamente, para no enfermar y para que el pelo se conservase sano y reluciente. Y pronunciaban este conjuro:

¡Rocía, rocía, rocío,
que fluya el agua,
que mamá me lave,
que abuela me seque,
que me crezca el cabello largo,
hasta el suelo!

El ritual de la Ényova Bulka, es decir, de «La Novia de Enyo», era especialmente interesante: participaban en él solo las mozas jóvenes. El día de la víspera, es decir, en la noche del 23 al 24 de junio, hacían ramilletes de todo tipo de plantas y de flores, y los depositaban en un caldero lleno de agua bendita, que dejaban al sereno en el jardín durante toda la noche, para que las estrellas pudieran ver el agua.

A la mañana siguiente vestían a una niña pequeña, de unos siete u ocho años, y que debía tener los padres vivos, al modo de las novias. La más fuerte de las mozas la llevaba sobre sus hombros, y con ella se paseaban todas las muchachas por el pueblo. Todo el mundo hacía, a la novia de Enyo, preguntas a propósito de cómo serían el tiempo y la cosecha del año. Se hallaban convencidos de que tales predicciones se cumplirían.

Regresaban después al punto del que había partido el cortejo, cubrían los ojos de la novia con un pañuelo rojo, le hacían entrega del caldero, y ella iba sacando un ramillete tras otro, augurando a cada moza con qué mozo se habría de casar, y si sería pronto. Todo el mundo creía que ese día era especialmente propicio para tales suertes adivinatorias.

Si la niña decía «caballo monta, halcón porta», eso significaba que el novio sería rico; si decía «agua tranquila bajo una piedra», que sería una persona serena y benévola; si decía «malva, que por encima de la tapia te mira», significaba que sería un vecino; si decía «vaso que nada en el mar», significaba que sería un borracho; si decía «medio plato, que de la pared cuelga», ello quería decir que sería un viudo; si decía «vino tinto, vaso de cristal», que sería un tabernero; si decía «chispas vuelan en la chimenea», significaba que sería un herrero; si decía: «calzones mojados cuelgan de la pared», que sería pescador; si decía «un palo de oro por el pueblo se pasea», que sería alcalde; si decía «membrillo amarillo y muy maduro», significaba que se casaría con un solterón.

Se pensaba, también, que aquel día las hierbas poseían una fuerza mágica especial, porque concentraban en ellas todo el poder del sol, que, a partir de ese día, en que llega a su cenit de luz y de calor, cambiaría ya de signo. La creencia común decía que, el día de su fiesta, San Enyo se vestía con nueve abrigos de piel, y que  marchaba a pedir a Dios que fuera preparando el camino para el invierno.

El día de San Enyo, el Ényovden, es el último día en que las mozas hacían el tipo de reunión que recibía el nombre de sedyanka. Los ritos y las prácticas que juntas realizaban se creía que propiciarían y que protegerían la cosecha, asegurarían la salud de todos, y harían que aumentase el nacimiento de niños en el pueblo.

Texto:
Rositsa Yósifova Avrámova y José Manuel Pedrosa
COSTUMBRES Y FIESTAS DEL PUEBLO BÚLGARO

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