En el Consejo europeo, la
institución que reúne a los 27 Gobiernos, Holanda y Finlandia, donde las
formaciones de extrema derecha tienen un gran peso, vetaron la entrada de
Rumanía y Bulgaria en el espacio de libre circulación. Todos los países
miembros, incluidos Holanda y Finlandia, habían respaldado el examen que
analizaba los requisitos técnicos para entrar a formar parte del acuerdo
Schengen. Sin embargo, la decisión requiere la unanimidad de los Estados
miembros.
"Queremos evitar una situación en la que, habiendo decidido
afirmativamente, nos acabemos arrepintiendo", aseguró Gerd Leers,
ministro de Interior holandés, integrante de un Gobierno que sobrevive gracias
al apoyo externo del Partido de la Libertad, capitaneado por Geert Wilders. "Se trata de una falta de confianza en
el Estado de Derecho de Rumanía y Bulgaria", donde hay "corrupción al más alto nivel, fraude,
crimen organizado y deficiencias en el sistema judicial", aseguró. "Necesitamos seguridad porque la gente
tiene miedo", especialmente, "a
la actividad criminal, el tráfico de mujeres jóvenes, armas o drogas",
aseguró Leers, rechazando la influencia del partido de Wilders como un "argumento demasiado fácil".
DANIEL BASTEIRO Corresponsal en Bruselas 23/09/2011
00:05
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