A veces, cansado ya de los típicos destinos que venden los
tour-operadores, sientes la necesidad de descubrir algo distinto pero al mismo
tiempo cercano y alejado de los tumultos turísticos comerciales. Si tu objetivo
es conocer esa diferencia, sumergirte en una aventura por nuevas tierras, de
rica naturaleza, de gente amable y cultura diferente, o también disfrutar de
una rica gastronomía a precios todavía asequibles, Bulgaria puede ser tu destino.
El objetivo de este reportaje es contar en dos partes la
experiencia viajera que realice este pasado mes de agosto por la costa del
mar Negro y la parte central norte de Bulgaria, tierra y mar
fusionadas en una combinación sensitiva de altos contrastes.
VIAJAR POR
BULGARIA VARÍA SEGÚN LOS INTERESES DE CADA VIAJERO Y ÉPOCA DEL AÑO
Bulgaria cambia según las distintas estaciones del año. El
invierno es muy frío, suele rondar entre los -10 y -20º bajo cero. Su aspecto
es el de una inmensa alfombra blanca. El otoño se tiñe de tonos ocres y en
algunas zonas la niebla acosa al viajero. Para los que se inician nada mejor
que disfrutar de unas vacaciones más coloristas y cálidas, por lo que
recomiendo viajar en primavera (los valles se inundan de color y
flores) o en verano (buena climatología para disfrutar del mar y de
la naturaleza). Si no se conoce el país, nada mejor que ir acompañado de un
nativo o de un guía experto a fin de que ajuste a medida la verdadera esencia
de la idiosincrasia búlgara según las preferencias de cada viajero.
Si se decide viajar en verano lo ideal es recorrer la costa
del mar Negro. Disfrutar de sus bellas playas, de sus actividades acuáticas, de
sus platos típicos y de sus múltiples lugares de ensueño. El verano facilita
los paseos y las excursiones y permite ver las cosas de forma muy cómoda y sin necesidad
de sufrir las inclemencias del frío.
Mi viaje por el mar Negro fue muy completo, desde casi la
frontera con Turquía (sur) hasta casi la frontera con Rumanía (norte). Es un
circuito placentero y muy interesante. En él pueden verse diferentes pueblos
costeros, riberas, playas, reservas naturales y monumentos, así como disfrutar
de una riquísima cocina autóctona, especialmente a base de pescados y moluscos. Pavlin
Lesidrenski, gerente de un importante restaurante de la ciudad marítima de
Varna (Bulgaria) nos explicaba que “en el mar Negro se consume el jurel, la
anchoa, los espadines (de la familia de las sardinas) y el rodaballo, aunque
también la dorada y el barbate griegos. Uno de los platos reina es la
sabrosísima fritada de pescado pequeño que llaman “safrid”. Pero lo que más me
fascinó fueron los mejillones, una auténtica delicia. Son pequeños y
carnosos, parecidos a los famosos “moules” de la Bretagne francesa. Se cocinan
de muchas formas cuál de ellas más exquisita. Probablemente muchos no lo sepan
pero Bulgaria posee la granja mejillonera más grande de la Unión Europea.
HACIA EL MAR NEGRO
Desde España existen tres principales rutas aéreas hacia la
costa marítima búlgara: vuelo directo a Burgas, a Varna o
bien a Sofía, capital del país. Si decidimos ir a Sofía recomiendo una
estancia mínima de 1 a 2 días ya que hay mucha cosa que visitar. Luego podemos
alquilar un coche y atravesar el país hasta Burgas (es un trayecto de unas 3
horas y 35 minutos con un total de 382,8 kilómetros). Este viaje
permite conocer la parte central del país donde recomiendo visitar Plovdiv, la
ciudad de las siete colinas. Si decidimos prescindir de cruzar
Bulgaria en coche, lo más rápido al mar Negro es volar directamente a Varna o
Burgas.
¿POR QUÉ LE LLAMAN
EL MAR NEGRO?
Estamos ante un capricho de la naturaleza donde la química y
los aspectos geológicos se han combinado entre sí para cierta apariencia
oscura. Existen dos opiniones al respecto. La primera relacionada con los
puntos cardinales en la Antigüedad y la segunda hace referencia a la densidad
de las microalgas que portan sus aguas. Sea como sea, el mar es de un tono
azulado más intenso pero no es negro. Lo que más llama su atención es que su
agua es más dulce que la del Mediterráneo. Probablemente sea debido a que en él
desembocan diversos ríos: Danubio, Veleka y Ripotamo, entre los más
importantes. Esta fusión de aguas dulces y saladas queda reforzada con el
hallazgo en el fondo marino de restos de caracoles y animales adaptados a este
entorno de contrastes.
Según los textos antiguos se dice que hace unos 5.000 años
atrás el mar Negro quedó completamente aislado del Mediterráneo debido a un
proceso de desecación anómalo que lo transformó en un lago de color azul
oscuro. Tiempo más tarde estas aguas volvieron a comunicarse con el
Mediterráneo a través del estrecho del Bósforo. También se ha especulado que el
mito del Diluvio Universal pudiera tener su ubicación en esta catástrofe
natural. Según el oceanógrafo Robert Ballard, en esta zona se han descubierto
construcciones y otros objetos pertenecientes a grupos humanos que podrían
indicar la presencia de la primera civilización occidental. Parece ser que una
terrible crecida del agua o de algún fenómeno atmosférico inusual, pudo haber
sepultado esta cultura para siempre.
Antes de 1989 la costa búlgara era conocida como la Riviera Roja dada
la gran afluencia de turismo soviético, pero desde la caída del comunismo ésta
pasó a llamarse la Riviera Búlgara.
Recorrer la
costa búlgara del mar Negro roza desde lo más salvaje y típico hasta lo
más comercial. En ella nos podemos encontrarnos con lugares todavía solitarios,
playas vírgenes y acantilados repletos de cormoranes, aves migratorias y cuevas
tracias, pero también con importantes complejos turísticos y acuáticos que
disponen de todo tipo de instalaciones de máximo lujo y variedad. Cada uno
elige su estancia según sus preferencias.
EL MAR NEGRO: RUTA
COSTERA HACIA EL SUR
Es un trayecto que se hace de manera fácil y rápida, dependiendo
de los lugares que visitemos y el tiempo que permanezcamos en ellos. Está
diseñada para dos tipos de turismo, el que busca complejos tipo resort y
los que buscan cultura y playas tranquilas. Nos detuvimos en los siguientes
lugares, el resto fueron de paso.
BURGAS
Sozopol es
una encantadora y bellísima localidad marítima muy conocida por sus playas, el
arte y el festival de cine. Antiguamente fue un asentamiento tracio pero más
tarde lo colonizaron los griegos. La arquitectura de Sozopol es digna de
ser vista ya que data del periodo renacentista búlgaro. Los restaurantes son
todo un lujo. Permiten disfrutar de buenos pescados, mariscos y vinos,
especialmente los que están sobre el acantilado amurallado, donde se puede
disfrutar de un ambiente exquisito bajo luces románticas y el sonido del mar.
Cabe destacar la riquísima enología, prácticamente desconocida para el resto
del mundo. Por la noche las discotecas y los bares de moda se llenan de proyecciones
láser y música de últimas tendencias. La gente viste muy a la moda, con ropa
muy de diseño. Las mujeres son realmente espectaculares, bien maquilladas y
peinadas. Los hombres adquieren un look más bien de corte duro: musculación,
ropa ceñida y zapatos originales. Ver más.
Dyuni significa en búlgaro dunas. Se trata de una
extensísima playa fuera de Sozopol (dirección sur). Tiene diversas zonas. En el
primer extremo se aloja el gran complejo hotelero de 5 estrellas “Duni
Marina Royal Palace” que atrae a turistas adinerados,
especialmente rusos que buscan tranquilidad, lujo y sofisticación. En su
extremo opuesto encontramos el complejo Vela
Apartments in Saint Thomas, donde se pueden alquilar apartamentos a buen
precio. Entre medio de ambos se extienden las playas de Alepu y Arkutino,
muy atractivas por su belleza natural en estado puro. Estas playas están
prácticamente desiertas, hay zonas donde se practica el nudismo. Ver más.
Es una reserva que contiene un triángulo natural muy
curioso. Me recordó a los manglares mexicanos: en su interior humedad, agua,
densos bosques, y en su parte marítima (delta) dunas de arena y una franja de
playa muy larga con mezcla de agua dulce y salada. Su fauna y flora es
riquísima. Presenta especies muy diversas de animales (mamíferos, murciélagos,
aves, anfibios, reptiles, tortugas y peces diferentes). Cualquier tipo de
actividad humana está prohibida, a exclusión de su vigilancia, visitas
científicas y algunas turísticas por el paso de caminos marcados o recorrido en
barca por tramos específicos. Las visitas de reserva sólo se realizan a lo
largo de las 8 rutas. Nosotros optamos por hacer una excursión en una barcaza
por el rio a fin de poder disfrutar de su salvaje sonido y ambiente. Ver más.
Es un santuario tracio sagrado, a pocos kilómetros de la
ciudad de Primorsko.
Se trata de un fenómeno natural de enormes megalitos dispuestos y tallados
hace miles años por una tribu tracia llamada "Skirmiani", quien los usó
para celebrar sus ceremonias religiosas y ritos mágicos. Su
origen es volcánico. Estas monumentales piezas se formaron por el magma
endurecido que resultó de las erupciones volcánicas de la zona durante la era
Mesozoica. En la actualidad, el territorio es un museo al aire libre gestionado
y mantenido por la Sociedad Histórica de
Burgas.
En muchas rocas se pueden observar hendiduras, cuencas
y canalizaciones, tallados por los tracios a fin de recoger el agua de la
lluvia tras ser iluminada por la luz solar y transformada en agua sagrada.
Otros canales servían para colocar y distribuir de forma determinada los
fluidos destinados a las liturgias y los sacrificios. En uno de
los extremos destaca una formación rocosa parecida a un gran trono de
piedra desde donde el rey presenciaba las ceremonias. Cerca hay otra gran roca
a modo de lecho conyugal en cuya superficie los amantes elegidos se entregaban
a la pasión para conmemorar a los dioses de la vida y asegurar la supervivencia
del clan. También pudimos ver los restos de un laberinto y un
gran reloj astronómico formado por 16 grandes piedras planas
redondas. Lo más sorprendente es el dolmen que representa la cueva sagrada o
vientre divino, donde la diosa-madre dio luz al Dios Sol. Ver
más.
Es una pequeña localidad en el municipio de Tsarevo. Está
situada muy cerca de la frontera con Turquía. Su nombre en búlgaro significa un
lugar en el mar azul, haciendo referencia al oscuro tono azulado del mar Negro. Sinemorets posee
además una de las playas más bellas dicho mar, Veleka Beach en
cual desagua el rio que lleva su nombre formando uno de los más bellos
estuarios de la costa búlgara. La zona se encuentra dentro del parque
natural Strandzha, cuyos pueblos cercanos han conservado antiguas tradiciones
como el Nestinarstvo, una
danza ritual sobre brasas de fuego que se practica el 21 de mayo. En verano se
organizan estas danzas para los turistas. Ver más.
Continuará…